1 oct 2007

HISTORIA DEL MONASTERIO DEL ESCORIAL







El monasterio de El Escorial es, por antonomasia, el monumento arquitectónico español de la Edad Moderna. Erigido como morada eterna de Carlos V y, posteriormente de la dinastía de los Habsburgo españoles, ha sido considerado como el edificio más representativo del Siglo de Oro.


El Escorial es "libresco" e internacional, inventivo y nacional, enraizado en un mundo local pero cuyo significado pudiera considerarse universal; que fuera una construcción doblemente clasicista , por una parte que hiciera referencia al mundo grecorromano y, por otra, que se considerara un "clásico" para las generaciones futuras.
Por ello se convirtió en un monumento mítico, gracias a los grabados de Perret basados en las estampas de Juan de Herrera, que consideraban el Monasterio como una moderna reconstrucción el antiguo Templo de Salomón.

También excepcional había de ser su influencia sobre el futuro desarrollo de la arquitectura española.


El Escorial se convirtió en paradigma de calidad y modelo a imitar para los arquitectos de la Ilustración y del propio s. XX.


Edificios a la sombra del monasterio destacan, entre otros, Vorau, Weingarten, Mafra, Whitehall o el mismo Palacio de Versalles.


Decidido a fundar el Monasterio, Felipe II inició en 1558 la Búsqueda del lugar idóneo para su emplazamiento, que fijó a finales de 1562 en El Escorial.


La obra según el proyecto o "traza universal" de Juan Bautista de Toledo. En 1571 la parte destinada a convento estaba ya casi concluida; en 1572 se comenzó la Casa del Rey y en 1574 la Basílica, consagrada en 1595, fecha en que puede considerarse finalizada la obra, aunque la última piedra se colocara en 1584 y la tarea decorativa se prolongase algunos años.


El Rey supervisó personalmente toda la construcción, de la que eran responsables el arquitecto, el prior y dos comisiones. El arquitecto era nombrado directamente por el Rey y sólo a él tenía que dar cuenta de su trabajo y no al prior, que por lo demás era la máxima autoridad de la obra.

El Escorial no puede considerarse obra de un solo arquitecto, sino fruto de una compleja colaboración en la que destacan dos proyectistas: Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera.


Al primero, que había trabajado en el Vaticano como ayudante de Miguel Ángel, le corresponde la disposición de la planta general y la mayor parte de las trazas.


Durante el periodo en el que el segundo dirigió las obras se edificó casi todo el conjunto, incluidas diversas partes que no habían sido diseñadas por Toledo. Teniendo en cuenta las numerosas consultas realizadas a otros arquitectos italianos y españoles para llegar a las síntesis finales, hay que considerar que la obra de El Escorial es una emanación particularísima del carácter de Felipe II.


Tampoco hay que olvidar la importancia de los maestros de obra y aparejadores como Fray Antonio de Villacastín, Pedro de Tolosa, Diego de Alcántara o Juan de Minjares.




Discípulo de Herrera y continuador de su tarea a partir de 1583, fue Francisco de Mora.


A partir de entonces El Escorial ha sido obra de continuas reformas y reconstrucciones; Felipe III inició la obra del Panteón.


Felipe IV lo terminó y enriqueció la colección de pintura. Carlos II mandó reconstruir el monasterio a Bartolomé Zumbigo tras el incendio de 1671. A partir de 1767, Carlos III ordenó la urbanización del lugar construyendo las casa nuevas de la Lonja y las casitas del Príncipe y el Infante. A Carlos IV se debe la remodelación de la fachada norte y la decoración del Palacio de los Borbones.


En los siglos XIX y XX , con las leyes desamortizadoras, los bienes fundacionales del Monasterio pasaron a manos de la corona. El Monasterio se destinó a diferentes usos religiosos hasta su adscripción a los monjes agustinos en 1875.

4 comentarios:

Raúl Ramírez dijo...

Ana esto qué s?, un anticipo anunciador de un posible viaje... Tienes a España en vilo en vísperas de tener disponibilidad del chalet.
Tus seguidores más acérrimos esperan la fotos de la jornada: Ana pertrechada de víveres y condumios(sandwiches de rodilla) en plan virgen sedente, asentando sus reales en la silla petrea de Felipe II.

Alberto Ramírez Jiménez dijo...

Ana por Dios que te has sentado en la silla de Felipe II para inspirarte semejante entrada????? De dónde la has copiado, porque salta a la vista que tuya no es???
Me ha encantado el tema que has tratado, y como dice el León, es la antesala de una escapada a los madriles y sus reales sítios, no???? Recuerda que cuanto más gente seamos mejor lo pasaremos.

Bueno Ana felicidades, porque me lo he leido todito todo.

Maru Serrano dijo...

De dónde has copiao esto Ana?

La Viajera dijo...

Pues ya veis, el otro dia que se me ocurrio indagar un poco en internet, buscando cosas curiosas y que os pudiera llamar la atención.

Un Saludo