Juventud
Nació en Nymphenburg (hoy parte de Munich), hijo del rey Maximiliano II de Baviera y de la princesa María de Prusia. A causa de su rango de heredero fue consentido inusitadamente en algunos aspectos, pero severamente controlado por sus preceptores y sujeto a un estricto regimen de estudio y ejercicios.
Algunos de sus biógrafos explican que mucho de su excéntrico comportamiento fue causado por la presión de haber crecido en la familia real.
A pesar de todo, su juventud tuvo momentos felices, tales como las visitas a Hohenschwangau y al lago Starnberg con su familia. Durante su adolescencia Luis tuvo como mejor amigo a su ayuda de campo, el apuesto aristócrata y actor Paul Maximilian Lamoral de Thurn y Taxis, miembro de una de las familias más ricas de Baviera.
Los dos jóvenes cabalgaban juntos, leían poesía en voz alta y representaban escenas de las óperas románticas de Richard Wagner. La relación se rompió cuando Paul se empezó a interesar en las mujeres.
Paralelamente, había iniciado una amistad de por vida con su prima Sissi, la duquesa Elisabeth, posteriormente emperatriz de Austria.
Ambos amaban la naturaleza y la poesía y en su mundo privado se llamaban «Águila» (Luis) y «Gaviota» (Elisabeth).
Reinado
El rey Luis II de Baviera (Ludwig Otto Frederik Wilhelm von Wittelsbach) (25 de agosto de 1845 - 13 de junio de 1886) sucedió a su padre el rey Maximiliano II de Baviera en el año 1864, a la edad de 18 años.
Tuvo siempre como ideal los reinados absolutos y quiso reconciliar a los estados alemanes. Pronto surgieron dos problemas; la expectativa de engendrar un heredero y las relaciones con Prusia.
Estaba comprometido con la princesa Sofía, su prima y la hermana menor de Sissi. Después de postponer el enlace varias veces, Luis anuló el compromiso y Sofía se casó poco después con el duque de Alençon; posteriormente moriría en un incendio.
A pesar de su alianza con Austria contra Prusia en la Guerra de las Siete Semanas, aceptó un tratado de defensa mutua con los prusianos en 1867 después de ser derrotado.
Como consecuencia de este tratado Baviera tuvo que ser aliada de Prusia en la Guerra Franco-prusiana. Otto von Bismarck persuadió a Luis de la idea de un imperio alemán, con lo que la independencia de Baviera estaba agotada.
Debido a la desilusión de gobernar en su época, Luis II se fue retirando cada vez más de la capital constitucional, Munich, en que debía residir un número mínimo de meses al año, cumpliendo tan sólo el mínimo exigible, y haciendo que sus ministros se dirigieran al castillo de Neuschwanstein, donde residía habitualmente, para firmar las leyes propuestas por éstos.
A pesar de que ciertas películas hayan insinuado una relación amorosa entre Luis II y la futura emperatriz Sissi, esta relación es carente de fundamento y sin base real.
A través de su reinado, Luis tuvo una serie de enamoramientos con hombres apuestos, incluyendo su principal caballerizo de casa real Richard Hornig, la estrella de teatro húngara José Kainz y el cortesano Alfons Weber.
En 1869, comenzó a llevar un diario en el cual registró sus pensamientos privados y habló de sus tentativas de suprimir sus deseos sexuales y mantenerse fiel a sus dogmas católicos. Los diarios originales de Ludwig se extraviaron durante la Segunda Guerra Mundial, y todo lo que queda hoy son copias de escritos hechos antes de la guerra. Estos escritos copiados del diario, junto con cartas privadas y otros documentos personales que han sobrevivido, sugieren que Luis luchó contra su homosexualidad.
Muerte
Su vida excéntrica originó su declaración de incapacidad para gobernar (aunque la rumorología apunta a que esto no fue sino una estratagema familiar en busca de arrebatarle el trono) y pasó sus últimos días bajo atención psiquiátrica. Su muerte se produjo en el lago de Starnberg el 13 de junio de 1886.
La construcción de este palacio, que Luis exigió que estuviera hecho de cabo a rabo por trabajadores bávaros, con materiales bávaros, sin apenas exportaciones extranjeras, desarrolló una poderosa artesanía que hace que, hoy por hoy, Baviera siga siendo uno de los enclaves industriales más poderosos de Alemania, haciendo que en el año 2006, con una crisis económica y de empleo galopante en toda Alemania, Baviera sólo posea un 5% de trabajadores parados.
En el lugar de su muerte se construyó una pequeña capilla en la que se realiza una ceremonia en recuerdo del rey cada 13 de junio.
Su cuerpo fue enterrado en la iglesia de San Miguel en Munich. Su corazón se encuentra en la Iglesia de la Imagen Milagrosa de Altötting, como mandaba la tradición de los reyes bávaros.
4 comentarios:
Ana que didáctica te has vuelto últimamente,no?
Lo siento pero me gustaban más tus fotos, ya sean en camello o comiendote el pescado a la espalda comotú dices.
No te lo tomes a mal son críticas constructivas...
Un beso quiroguita!
¡Ana! ¿Te has empapado la asignatura educación para la ciudadanía? No me puedo crer tal derroche de cultura y saber cual copista del Monasterio de Santo Domingo de Silos o de San Millán de la Cogollas con sus famosas glosas a pie de página.
Lo que pasa que hay que poner de vez encuando alguna entrada sobre algo de historia.
Un Saludo
¡Hola!, veo que te apasiona la historia, los viajes, y esa interesante persona que fue Luís II de Baviera (y por cierto, al contrario de lo que dicen otros comentaristas, sigue hablando de historia, que es el complemento perfecto para las fotos); a mi también, hasta tal punto que he comenzado a escribir un relato en el que él es una parte muy importante de la historia, si quieres, puedes ir a leerlo a mi blog Universo de A (http://universodea.spaces.live.com/) y decirme que te parece, lo puedes encontrar en la sección Grandes Relatos (http://universodea.spaces.live.com/category/Grandes+relatos/feed.rss) en la que escribo diferentes historias, la que te digo se titula La herencia del Rey loco; en cualquier caso, sino tal vez te interese ver mi sección de Historia que también trae curiosidades (http://universodea.spaces.live.com/?_c11_BlogPart_BlogPart=blogview&_c=BlogPart&partqs=cat%3dHistoria) y bueno, ¡ya me dirás que te parece!
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